Juan Andrés Barbero: «La navaja es al artesano lo que un cuadro al pintor»
Heredero de una tradición familiar que se remonta a más de tres generaciones, el maestro artesano de la navaja Juan Andrés Barbero nunca ha dejado de luchar por la protección, difusión y enaltecimiento de la industria a la que pertenece.
Afincado en la ciudad de Albacete, uno de los puntos geográficos más icónicos de España cuando se habla de navajas, Juan Andrés Barbero se desempeñó como presidente de la Asociación de Cuchillería y Afines APRECU por más de catorce años, hasta el 2016. Desde esa plataforma propuso varias iniciativas históricas: una de las más importantes fue la marca AB – Cuchillería de Albacete, que funge como certificado de calidad y autenticidad para las navajas hecha en la región. También impulsó concursos regionales de cuchillería, que más adelante desembocarían en el célebre Museo de la Cuchillería de Albacete.
Barbero, quien se ha destacado en la creación artesanal de la navaja clásica de Albacete, cree que la mayor amenaza que se cierne sobre el ramo es «la competencia desleal que proviene del mercado asiático», pero también destaca los problemas que trae la mala interpretación del reglamento de armas español en lo que respecta a la navaja. «Un Guardia Civil no puede denunciar a un hombre que, cuando va a trabajar al campo, lleva su navaja de manera segura y legal», sostiene.
Barbero contó su historia y expuso su visión de la industria de la navaja, en una entrevista que realizó por teléfono con El Rey de la Navaja desde La Casa de las Navajas – Cuchillería Barbero, su tienda en el centro de Albacete.
Su familia tiene una relación con las navajas que se remonta a varias generaciones.
La empresa familiar la fundó mi abuelo en 1945, y luego se incorporó mi padre. Desde esos días estamos fabricando navajas. Siempre trabajamos a partir de la fornitura, que es el despiece de la navaja. Al principio incluso lo vendíamos a otros talleres más pequeños. También fabricábamos navajas automáticas, hasta que las prohibieron en 1981. Las dejamos de hacer porque pasaron a ser ilegales en España. Luego comenzamos a hacer modelos más modernos, pero sin dejar a un lado la navaja clásica de Albacete.
¿A qué edad empieza a crear sus primeras navajas?
Me he criado entre navajas y cuchillos en el taller de mi familia. Yo salía de estudiar, visitaba el taller y a veces ayudaba a mi padre y a mi abuelo. El oficio lo aprendí de ellos. Luego uno evoluciona y se adapta a los tiempos. Antes hacíamos muchas navajas de serie, pero ahora me he enfocado en la navaja artesanal, que es única. La navaja es al artesano lo que un cuadro al pintor. El coleccionista aprecia esa pieza única. Cuando compras un cuadro a un pintor, estás adquiriendo una pieza de arte donde un artista ha plasmado en el lienzo lo que está viendo y sintiendo. El cuchillero es un artesano que está unido a su pieza. Esta es única y el coleccionista lo admira y lo paga.
La navaja de Albacete ha sido su especialidad.
Desde luego. Nuestro fuerte ahora mismo es la navaja clásica de Albacete, que cuenta con más de seis siglos de historia, y que tiene una forma y características que son muy típicas de aquí. Esa es la navaja que más se vende en Albacete, y por ello es la que tiene mayor demanda. Sin embargo, también creamos modelos con diseños modernos que se pueden ver en nuestra página online.
¿Recibe encargos constantemente?
Lógicamente, en la tienda física y en la tienda virtual de Internet. Coleccionistas hacen peticiones de formas, materiales, medidas, etc. Para añadir valor al producto hago fotos del proceso, e incluso vídeos. Los envío por WhatsApp. El cliente vive la creación. Ve la pieza, el material en bruto, que se convierte y transforma en el resultado final.
¿Cuál fue la época de oro de la navaja de Albacete?
La navaja de Albacete tuvo su época de oro en el siglo XIX. Fue cuando más se vendía. Especialmente al final. Luego, en el siglo XX, entró la competencia desleal del mercado asiático. Empezó a disminuir bastante la fabricación, porque había una competencia injusta con las copias que venían de China. Para combatir este problema traté de hacer varias iniciativas cuando fui presidente de la Asociación de Cuchillería y Afines APRECU. Creamos la marca AB — Cuchillería de Albacete. Se trata de una marca propiedad del Ayuntamiento de Albacete, que avala que el producto fue fabricado en la ciudad. Es una garantía de origen. Fue una lucha que nos llevó casi tres años. Desde la presidencia de la asociación no podíamos ser dueños de la marca, ya que somos beneficiarios. Entonces la alcaldía, que en aquel momento encabezaba Manuel Pérez Castell, apoyó la creación de esa marca, que certifica que todas las materias primas fueron trabajadas y transformadas en Albacete.
¿Ha sido difícil adaptar las nuevas tecnologías al fabricado artesanal de navajas de Albacete?
La tecnología te ayuda. Las nuevas maquinarias aportan mucho. Aunque siempre es importante la mano de obra. Incluso con las navajas de serie. Nunca desaparece la función y el arte del cuchillero.
Usted obtuvo la Medalla al Mérito Artesano de Castilla-La Mancha.
En el 2017 recibo la Medalla al Mérito Artesano de Castilla-La Mancha por la calidad de mi trabajo, y por mi implicación en la defensa del sector cuchillero. Yo soy maestro artesano, hago un trabajo que representa a Albacete, y me baso en las formas clásicas de la región.
¿Actualmente cuántas personas emplea la industria de la cuchillería en Albacete?
En ese aspecto la industria ha evolucionado a peor. Se han perdido puestos de trabajo. Hasta principios del años 2000, estaban trabajando en el sector dos mil cien personas. Dos mil cien familias que comían de esto, de la fabricación de cuchillería. Actualmente no hay más de ochocientas personas en el área.
¿Cuáles son los mayores retos que enfrenta la navaja de Albacete?
Nuestra peor amenaza es la competencia desleal del mercado asiático. Por otro lado, hemos tenidos problemas con el reglamento de armas español. Creo que a veces la Guardia Civil o la policía no hacen un buen uso de este. Es algo que ocurre también con el consumidor. Con esto quiero decir que, si una persona va al campo y lleva su navaja en el coche, nosotros le decimos que la lleve en el maletero. Nunca en la guantera. El guardia civil puede registrar el coche, ve que llevas una navaja, afirma que portas un arma, y entonces levanta acta. Esa denuncia creemos que está mal hecha, porque tú estás portando un producto, cuya fabricación y tenencia están autorizados. Tú la puedes portar para llevarla al campo. Lo que no puedes hacer es meterte a una discoteca con una navaja, aunque sea pequeña. Ahí no pinta nada. ¿Cuándo la debes llevar? Cuando vas al campo a coger setas o bayas, para poder comer. En el trabajo, para cortar la fruta, o el salchichón. O para cortar la cuerda o el cartón. En el trabajo está bien, pero no pasearse por la calle con la navaja abierta en la mano, exhibiéndola sin razón. Cuando el delincuente lo hace, y alardea de ella para atacar a alguien, le tiene que caer todo el peso de la ley. A ese es el que hay que castigar. No se puede castigar al fabricante de navajas. Porque él lo que quiere hacer es llevar el pan a la mesa de su familia.
Es como prohibir los coches porque podrían ser utilizados como armas.
Un coche podría ser un arma letal. Los coches matan. Pero nadie prohíbe fabricarlos. A quien hay que aplicarles la ley es a quienes hacen mal uso de estas herramientas. En la asociación tenemos abogados con los cuales trabajamos casos que consideramos injustos. Hemos tenido quejas de agricultores que van en tractor o furgoneta al campo a trabajar, la policía los detiene y los denuncia por tener una navaja. Van al campo a cultivar, a hacer las labores de la tierra. Estas denuncias las recurrimos y siempre ganamos. No es una discoteca. Si pasara allí, lo entiendo, denúnciame. El guardia debe ser astuto, y entender esto.
Una navaja en buenas manos puede salvar vidas.
Claro. Una navaja puede salvar vidas. Hace poco tuvimos el caso de un hombre llamado Santiago Mero López, que era un camionero que presenció un accidente de coche. En el asiento de atrás había dos niños con el cinturón puesto. El coche empezó a arder tras el accidente, y los padres fallecieron. Mero se acercó, cortó los cinturones de los niños con una navaja, y salvó la vida de ambos.
¿Cómo surge APRECU?
La Asociación de Cuchillería y Afines APRECU se funda en 1975. Nace en Albacete para la promoción y defensa del sector cuchillero. Por eso creamos las marcas de calidad que te he dicho. También hemos fundado concursos regionales de cuchillería. Además, creamos el premio literario Juan José García Carbonell, donde recibimos trabajos de prosa y verso de todo el mundo, siempre dedicados a la cuchillería. El premio al cuchillero mayor del año es otra de nuestras iniciativas. Lo recibe un personaje que no se dedica a esta industria, pero que ha aportado a esta actividad de forma altruista. Este año lo recibirá la cantante de Albacete Rosalén. En el pasado hemos tenido periodistas, como Pedro Piquera.
APRECU está muy relacionado al Museo de la Cuchillería de Albacete.
El Museo de la Cuchillería se crea gracias a los concursos que le digo. El Concurso Regional de Cuchillería ofrecía, en sus primeros años, un primer premio. La obra ganadora pasaba a ser de propiedad de APRECU, para posteriormente donarlo a un futuro Museo de la Cuchillería, que hoy es una realidad. El museo fue inaugurado en 2004, y está en pleno centro de Albacete en un edificio bastante icónico.
¿Sus hijos continuarán el legado cuchillero de la familia?
No. Mi generación, al menos por ahora, será la última. Mis hijos tienen otros intereses. Uno es profesor, y el otro es ingeniero. Por mi familia seré el último artesano cuchillero. Pero hay mucha gente interesada en impulsar este sector. Por eso es tan importante que desde APRECU hayamos creado la Escuela de Cuchillería de Albacete Amós Núñez, cuyo nombre se debe a uno de sus presidentes. Ahí se está impartiendo el curso de cuchillero que dura dos años.
Juan Andrés Barbero es un maestro navajero, afincado en Albacete. Fue presidente de la Asociación de Cuchillería y Afines APRECU por más de catorce años, hasta el 2016, y es propietario de La Casa de las Navajas – Cuchillería Barbero.