Navajas de Taramundi
Las navajas de Taramundi fueron creadas en la ciudad del mismo nombre, en Asturias, España. Sus orígenes se remontan a finales del siglo XVIII y principios del XIX, con el avance de las técnicas en la cuchillería y el trabajo artesanal del metal en esa región.
La hoja pequeña de acero terso y el mango de madera de boj o brezo son las principales características de esta herramienta, las cuales nacieron forjadas en las múltiples ferrerías de la ciudad. Su popularidad se incrementó con el tiempo a pasos agigantados, logrando la fama mundial que mantiene hasta hoy.
La cuchillería asturiana sigue honrando este hermoso implemento, por lo que aún existe una amplia oferta artesanal para aquellos que quieren comprar navajas de Taramundi. Es cierto que los talleres especializados se han reducido considerablemente en las últimas décadas, pero existen iniciativas para mantener viva la tradición. Hasta en la Casa de Cultura de Taramundi se muestra una exhibición permanente de cuchillos y navajas de la zona.
Muchos herreros y cuchilleros continúan los siglos de tradición, gracias a la sabiduría transmitida por generaciones de familias que se han dedicado a esta actividad desde tiempos inmemoriales. Fabrican la hoja y decoran el mango de la misma manera que hacían sus ancestros.
Navajas de Taramundi, una tradición asturiana
Las navajas de Taramundi son muy apreciadas por su utilidad y hermosura, pero además no son un producto masificado, como la navaja suiza o la de Albacete, cuya demanda exige producción masiva.
La artesanía presente en este tipo de navaja es una conmemoración de Asturias como región, ya que la ciudad se convirtió en plaza fuerte de la cuchillería por la abundancia del metal, recogido en las célebres minas de la comarca, así como por los recursos hídricos, que originalmente se utilizaron para dar movilidad a las maquinarias de producción.
La madera, esencial para la producción de la navaja, también abunda en ese verde rincón de España, no sólo para la empuñadura típica de este implemento, sino para el fuego que se utilizaba originalmente para hacer el forjado. Se puede decir que las navajas de Taramundi retratan la historia y vida de Asturias.
Taramundi es tierra de minería, de metal y, por lo tanto, de herreros y artesanos, que elaboraron implementos para el hogar y el trabajo, sencillos pero elegantes. Esta navaja es la hija más querida de aquellos trabajadores.
Existen varios tipos de navajas de Taramundi, cada uno con un objetivo específico en el mundo rural, al que se debe. En los principales talleres podemos encontrar: la navaja de injertar, utilizada en el trabajo agrícola; la navaja de podar, que tiene forma de guadaña; la navaja setera, para extraer setas silvestres, con una curvatura pronunciada, así como un cepillo en el mango, para limpiar el champiñón. En Taramundi también encontramos el cuchillo jamonero, el de monte y el de mesa.