Cómo afilar una navaja
En esta sección explicamos cómo afilar una navaja. En El Rey de la Navaja sabemos que tener una navaja con una hoja sin filo es como tener un habano sin fuego, o un lápiz sin punta. Afortunadamente, las navajas de alta tecnología fabricadas con aceros inoxidables de alta calidad suelen estar increíblemente afiladas desde la compra. Muchas de ellas mantendrán su filo durante años, pero esto dependerá de cómo se use y cuántas exigencias haya soportado. En algún momento, sin embargo, cada navaja necesitará ser afilada para que siga siendo efectiva.
Se puede afilar una navaja de muchas formas y con metodologías diferentes. Hay una gran cantidad de guías y videos que explican varias formas de afilar, y también hay una gran cantidad de productos en el mercado para ello, desde gadgets económicos de 5€ hasta máquinas de última generación que pueden costarte más de 1000€.
Al final, todo se reduce a lo que te haga sentir más cómodo y seguro. También debemos señalar que un método de afilado particular no siempre se adapta a todos los tipos de navaja, porque cada una es única.
Dicho esto, la información que proporcionamos a continuación está dirigida en general a navajas de uso diario y no requiere experiencia avanzada en el manejo de ellas.
¿Qué necesitas para afilar una navaja?
La realidad es que sólo necesitas dos herramientas para afilar una navaja. La primera es una piedra de afilar y la segunda es algún tipo de lubricante, aunque también puedes utilizar simplemente agua para humedecer la piedra.
La piedra de afilar es la que hará la mayor parte del trabajo para darle a tu hoja un filo adecuado. Hay una asombrosa variedad de diferentes piedras de afilar en el mercado, pero la mayoría de ellas vienen con dos lados: uno de grano grueso y otro fino. También hay una amplia gama de precios para estas piedras, pero en general, no necesitas gastar una fortuna aquí; alrededor de los 20€ será más que suficiente para afilar una navaja.
El lubricante también viene en muchas presentaciones, pero el concepto básico es que ayudará a limitar la cantidad de calor producido durante el proceso de afilado. Este calor puede dañar tu cuchillo, así que es importante mantenerlo al mínimo y ahí es donde entra en juego el lubricante.
Vale la pena mencionar que muchas piedras no requieren ningún lubricante, solamente con agua es suficiente, así que asegúrate de leer las instrucciones de la piedra que adquieras.
Pasos para afilar una navaja
Los siguientes pasos describen cómo afilar una navaja. Si prefieres una guía en video, aquí tienes un excelente ejemplo en YouTube:
1. Remoja o lubrica la piedra de afilar.
Remoja la piedra de afilar por varios minutos. En caso de que sea una piedra que amerita lubricación, aplica una fina capa de lubricante en ambos lados de la piedra de afilar.
2. Afila un lado de la hoja usando un grano grueso.
Coloca la hoja de la navaja a unos 15 grados contra el lado de grano grueso de la piedra de afilar. Ten en cuenta que el ángulo recomendado varía según el tipo de navaja que estés afilando y de qué tan afilada la quieras, pero en general, puedes mantener un ángulo de 10 a 15 grados para tu navaja de bolsillo. Cuanto más pequeño sea el ángulo, más afilada será la hoja, pero a expensas de una menor retención del filo.
Es vital intentar mantener este mismo ángulo mientras afilas, y esto no es fácil. Naturalmente, la práctica hace al maestro, así que no esperes ser bueno en esto desde el principio. Con el tiempo mejorarás y si te frustras y necesitas ayuda, considera usar una guía de afilado, que es una herramienta económica pero útil para mantener ese constante ángulo de afilado.
Una vez que estés cómodo con tu ángulo, comienza a deslizar la hoja contra la piedra. Puedes llevarla hacia ti o alejarla de ti, esto depende de tus preferencias personales. No necesitas aplicar mucha presión aquí, un peso ligero a moderado es adecuado, y trata de mantener la presión más o menos constante en cada carrera. Mueve la hoja como si estuvieras tratando de rasurar una fina capa de piedra del bloque de afilado. Repite este proceso varias veces.
3. Repite en el lado opuesto.
Simplemente repite el paso 2 en el lado opuesto. Técnicamente, deberías continuar afilando hasta que hayas formado un buril, que ocurre cuando un bisel se ha desgastado hasta encontrarse con otro. El buril es como un material desgarrado que cuelga del lugar donde se ha afilado. Es débil, así que no lo quieres en tu filo porque se romperá. Si sostienes el filo contra la luz brillante, verás un resplandor a lo largo del filo que no está presente en el otro lado.
4. Desliza los lados alternos.
Después de haber trabajado en cada lado, realiza otras 10 pasadas, pero esta vez cambia de lado en cada pasada.
5. Repite los pasos 2-4 usando el grano fino.
Una vez que hayas terminado con el grano grueso, simplemente necesitas repetir el proceso usando el lado de grano más fino de la piedra de afilar.
6. Lava tu piedra de afilar antes de guardarla
Este paso es importante ya que cualquier pequeño rastro de acero que quede en la piedra de afilar puede generar óxido con el tiempo si no se limpia adecuadamente.
Disfruta de una navaja recién afilada
Pocas sensaciones tan gratificantes como utilizar tu navaja después de afilarla. Cada vez que afiles la misma navaja, asegúrate de usar el mismo ángulo de antes. Cambiar el ángulo de afilado no suele ser recomendado. Usar el mismo ángulo repetidamente es mucho más importante que el ángulo específico en sí. Para probar la nitidez de tu hoja, intenta cortar con cuidado algunas hojas de papel y observa lo fácilmente que el cuchillo realiza el corte.
A continuación, con precaución, puedes intentar afeitar algunos vellos de tu brazo. Insistimos que hay que tener mucho cuidado al hacer esto.